VER VÍDEOS.
Dios nos ha dado el poder en nuestra mente. Con esto no queremos decir que desplazamos a Dios. Lo que sucede es que nos hizo con la libertad de decidir lo que queremos ser. Lo que pensamos eso es lo que somos. Ya que nuestra mente es el motor que mueve a nuestro cuerpo es necesario que algo tan poderoso no quede suelto. La única forma de que nos vaya bien en lo que hagamos es si tomamos la decisión de poner nuestra mente bajo el control de Jesucristo. V 5 “derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,”
La palabra de Dios dice que
nosotros somos lo que pensamos. Proverbios 23: 7 “Porque cuál es
su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas
su corazón no está contigo” de nada sirve tener dinero pero pensar como pobre. Un
ratón puede ser convertido en león el rey de la selva pero si su manera de
pensar sigue siendo la de un ratón de nada sirve.
Tu eres luz o eres oscuridad todo
depende de lo que pienses de ti.
De nada sirve que tú y yo ya seamos
libres si todavía nuestros pensamientos están esclavos del mundo.
Nuestros actos son un reflejo de lo
que pensamos. Romanos 8: 5 “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de
la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.”
Nuestra mente es un semillero que
germina y da mucho fruto es por eso que debemos de tener mucho cuidado en
cuanto a que sembramos en ella. Gálatas 6: 7- 9 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo
lo que el hombre sembrare, eso también segará. 6:8 Porque el que
siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para
el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 6:9 No nos cansemos,
pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”
Jehová es un Dios de Excelencia y
quiere que nosotros también lo seamos. La única forma de lograrlo es si
cambiamos nuestra manera de Pensar.
Como logramos una Vida de Excelencia.
1. Teniendo Pensamientos que nos
lleven a una vida de excelencia. Filipenses 4: 8 “Por lo demás,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si
algo digno de alabanza, en esto pensad.”
2. Exigiéndonos a mejorar nuestra
manera de pensar. 2 Corintios 10: 6 “y estando prontos para castigar toda desobediencia,
cuando vuestra obediencia sea perfecta.”
3. No Creyéndonos los únicos. A nivel
espiritual o secular todos tenemos la oportunidad de ser los mejores. V 7 “Miráis las
cosas según la apariencia. Si alguno está persuadido en sí mismo que es de
Cristo, esto también piense por sí mismo, que como él es de Cristo, así también
nosotros somos de Cristo.”
4. Dando buen uso a nuestra
autoridad. V 8 “Porque aunque me gloríe algo más todavía de nuestra
autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra
destrucción, no me avergonzaré;” el hecho de que estemos por encima
de otros en jerarquía no quiere decir que tenemos que abusar o extralimitarnos
en nuestras funciones de jefe, de padre o de alguien en superioridad.
5. No alabándonos a nosotros
mismos. V 12 “Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos
con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por
sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos”
6. No Gloriarse en trabajos ajenos.
V 15-16 “No nos gloriamos desmedidamente en trabajos ajenos,
sino que esperamos que conforme crezca vuestra fe seremos muy engrandecidos
entre vosotros, conforme a nuestra regla; 10:16 y que anunciaremos
el evangelio en los lugares más allá de vosotros, sin entrar en la obra de otro
para gloriarnos en lo que ya estaba preparado.” no seas oportunista. No esperes a
que otros trabajen para tu aprovecharte de la oportunidad. Esto no es ético ni
en lo espiritual ni en lo secular.
7. Dejando que sea Dios quien nos
exalte. V 17 “Mas el que se gloría, gloríese en el Señor;” deja que
sean tus obras las que hablen de ti.
Dios es quien dirige nuestra vida
pero él nos ha dado la libertad de nosotros ser quienes escojamos que queremos
ser. La maldición o la bendición, la
vida o la muerte están en nuestras manos. O mejor dicho en nuestra manera de
pensar.