Al apóstol Pablo lo que más le
preocupa es que la iglesia llegue a endurecer su corazón por esta razón lo recalca
en dos ocasiones en este mismo capítulo. V 7-8, 15, “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz,
No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la
tentación en el desierto, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su
voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.”
Una
persona con el corazón endurecido se gana el rechazo de Dios y de todos los que
lo rodean. V 10 “A causa de lo cual me
disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y
no han conocido mis caminos.”
Para Jesucristo lo más importante
siempre ha sido el corazón del hombre por eso su mandato es que lo cuidemos. Proverbios
4: 23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
Porque de él mana la vida.”
Hay muchas personas que se han insensibilizado
y ya no sienten absolutamente nada ante el sufrimiento de los demás. Lo más
triste de una persona insensible es que no solo es indiferente ante los
sufrimientos ajenos también es incapaz de sentir felicidad en los mejores
momentos de su vida.
Que Hace que un Corazón se Endurezca.
1. Las malas conversaciones. 1
Corintios 15: 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las
buenas costumbres.” muchas veces dejamos que los
malos comentarios de los demás nos hieran de tal manera que nuestro corazón se endurece.
Pero así como los malos comentarios
de los demás nos pueden dañar también los buenos comentarios nos pueden
restaurar. Es nuestra labor tratar de ayudar a quien tiene su corazón lastimado.
Hebreos 3: 13 “antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se
dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.”
2. Los sufrimientos. Es inevitable
que en este mundo tengamos que soportar aflicciones. Pero también es cierto que
Jesucristo nos puede ayudar a vencer. Juan 16: 33 “Estas cosas os he hablado
para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he
vencido al mundo.”
3. El ser insatisfechos con lo que
tenemos. 1 Timoteo 6: 8 “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.” esto no
quiere decir que tenemos que resignarnos a las condiciones que estamos pasando.
Esto quiere decir que debemos disfrutar lo que tenemos mientras luchamos por
lograr algo mejor.
4. Incapacidad de adaptarse a las circunstancias.
Esto tampoco tiene que ver con resignación. La capacidad de adaptarnos a lo que
estamos viviendo significa que tenemos la capacidad de disfrutar de la vida en
cualquier circunstancia. Filipenses 4: 12 “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en
todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre,
así para tener abundancia como para padecer necesidad.”
Hay personas que lo tienen todo
para vivir bien, un buen empleo o una buena empresa una familia espectacular. Etc.
Pero a pesar de todo eso viven infelices.
5. Amargura. Cuando la amargura se
apodera del corazón de una persona su vida se convierte en ruina. Hebreos 12:
15 “Mirad bien, no sea
que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de
amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;”
6. Falta de tolerancia. La intolerancia
genera violencia y maldad en el corazón. Jesucristo nos dice que la tolerancia
debe ser mutua. Cuando en una relación solo uno es quien tolera a los demás pronto
se cansa y todos terminan amargándose. Colosenses
3: 13 “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a
otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó,
así también hacedlo vosotros.”
7. No Perdonar. Mateo 18: 21-22 “Entonces se le acercó Pedro
y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí?
¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” Esto sí que
es algo determinante para nuestra felicidad. Las personas que no pueden
perdonar son más propensas a tener amargura y por lo tanto están condenadas a
ser infelices.
Las consecuencias de un corazón insensible
o endurecido es que causamos daño a los demás y nos lo causamos a nosotros
mismos. Una persona con el corazón endurecido no tiene capacidad para ser
feliz.
Si por las dificultades o las decepciones
de la vida ya nuestro corazón se ha endurecido y se ha hecho insensible. Lo único que podemos hacer es pedirle a Jesucristo
que él nos dé un nuevo corazón. Ezequiel 36: 26 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros;
y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.”
Nunca te sueltes de la mano de Jesucristo
deja que él siempre te refresque con su infinito amor no permitas que los demás
o las dificultades naturales de la vida endurezcan tu corazón.