11.12.15

No Endurezcas tu Corazón. Hebreos 3

Lo más sensible que puede tener un ser humano es el corazón es el que representa nuestras emociones en el fácilmente puede haber amor o puede haber odio.
Al apóstol Pablo lo que más le preocupa es que la iglesia llegue a endurecer su corazón por esta razón lo recalca en dos ocasiones en este mismo capítulo.  V 7-8, 15, “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación.
Una persona con el corazón endurecido se gana el rechazo de Dios y de todos los que lo rodean. V 10 “A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos.
Para Jesucristo lo más importante siempre ha sido el corazón del hombre por eso su mandato es que lo cuidemos. Proverbios 4: 23 “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
Hay muchas personas que se han insensibilizado y ya no sienten absolutamente nada ante el sufrimiento de los demás. Lo más triste de una persona insensible es que no solo es indiferente ante los sufrimientos ajenos también es incapaz de sentir felicidad en los mejores momentos de su vida.
Que Hace que un Corazón se Endurezca.
1. Las malas conversaciones. 1 Corintios 15: 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” muchas veces dejamos que los malos comentarios de los demás nos hieran de tal manera que nuestro corazón se endurece.
Pero así como los malos comentarios de los demás nos pueden dañar también los buenos comentarios nos pueden restaurar. Es nuestra labor tratar de ayudar a quien tiene su corazón lastimado. Hebreos 3: 13 “antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
2. Los sufrimientos. Es inevitable que en este mundo tengamos que soportar aflicciones. Pero también es cierto que Jesucristo nos puede ayudar a vencer. Juan 16: 33 “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
3. El ser insatisfechos con lo que tenemos. 1 Timoteo 6: 8 “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.” esto no quiere decir que tenemos que resignarnos a las condiciones que estamos pasando. Esto quiere decir que debemos disfrutar lo que tenemos mientras luchamos por lograr algo mejor.
4. Incapacidad de adaptarse a las circunstancias. Esto tampoco tiene que ver con resignación. La capacidad de adaptarnos a lo que estamos viviendo significa que tenemos la capacidad de disfrutar de la vida en cualquier circunstancia. Filipenses 4: 12 “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Hay personas que lo tienen todo para vivir bien, un buen empleo o una buena empresa una familia espectacular. Etc. Pero a pesar de todo eso viven infelices.
5. Amargura. Cuando la amargura se apodera del corazón de una persona su vida se convierte en ruina. Hebreos 12: 15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
6. Falta de tolerancia. La intolerancia genera violencia y maldad en el corazón. Jesucristo nos dice que la tolerancia debe ser mutua. Cuando en una relación solo uno es quien tolera a los demás pronto se cansa y todos terminan amargándose.  Colosenses 3: 13 “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
7. No Perdonar.  Mateo 18: 21-22 “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” Esto sí que es algo determinante para nuestra felicidad. Las personas que no pueden perdonar son más propensas a tener amargura y por lo tanto están condenadas a ser infelices.
Las consecuencias de un corazón insensible o endurecido es que causamos daño a los demás y nos lo causamos a nosotros mismos. Una persona con el corazón endurecido no tiene capacidad para ser feliz.
Si por las dificultades o las decepciones de la vida ya nuestro corazón se ha endurecido y se ha hecho insensible.  Lo único que podemos hacer es pedirle a Jesucristo que él nos dé un nuevo corazón. Ezequiel 36: 26 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

Nunca te sueltes de la mano de Jesucristo deja que él siempre te refresque con su infinito amor no permitas que los demás o las dificultades naturales de la vida endurezcan tu corazón.