La mayoría de los seres humanos consideramos que una gran herencia sería algo que tenga que ver con mucho dinero o cualquier otro bien material
Pero la historia de la humanidad nos muestra que las muchas personas que han recibido dinero por alguna herencia después de algún tiempo lo han perdido todo y han vuelto a su estado inicial de pobreza.
Esto nos hace entender que para llegar a ser ricos se necesita mucho más que tan solo dinero.
Jesucristo quiere enseñarnos que en la vida hay dos tipos de herencia que en realidad nunca se acaban.
La primera y la mas importante la salvación y la vida eterna. Que se la consigue llevando una vida de rectitud. V 4 “por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;”
Y aquí en la tierra la mejor herencia es una forma de vida perfecta. Dios nos exige que debemos vivir en perfección. Mateo 5: 48 “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”
La perfecta forma de ser de una persona le asegura una vida éxito. Ser perfecto no significa nunca tener un error, más bien significa que cada día lucha por ser mejor, por mejorar lo que hace. Hoy ser mejor padre, mejor hijo, mejor estudiante que ayer.
La escalera del éxito. El éxito no se lo consigue de la noche a la mañana. El éxito es un proceso que hay que llevarlo paso a paso.
Para llegar a tener una vida de éxito no basta con tener fe, también se debe ser diligente en lo que se hace y sobre todo tener conocimiento. El conocimiento es fundamental en cualquier área de nuestra vida. V 5 “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento”
El conocimiento no sirve de mucho si no tiene paciencia, dominio propio y piedad por las demás personas y aun por sí mismo. V 6 “al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;”
De nada sirve tener piedad si no se tiene afecto y amor. El afecto y el amor nos dan la fortaleza para seguir luchando por un propósito. V 7 “a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”
Solo siguiendo este proceso llegaremos a tener una vida éxito. V 8 “Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.”
El tener una vida organizada nos permite avanzar y mantenernos firmes en lo espiritual y también en lo secular. V 10-11 “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 1:11 Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”
Las buenas costumbres se las aprenden a través de la repetición, nunca te canses de practicar y enseñar este proceso. V 12 “Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.”
Mientras estemos en esta tierra debemos siempre insistir en ensañar a nuestros hijos y a todos quienes nos rodean la forma de ser victoriosos en lo espiritual y en lo secular. V 13-14 “Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación;
1:14 sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado”
1:14 sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado”
Nuestro anhelo y esfuerzo debe ser que después de nuestra muerte podamos dejar una buena huella que los demás la puedan seguir. Que legado estas preparando para dejarle a tu familia. V 15 “También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.”
Lo que nuestros hijos y los que dependen de nosotros vayan a ser en el futuro depende de lo que hoy nosotros les podamos enseñar. Nuestro cuerpo con la muerte es destruido pero nuestras obras permanecen para siempre sean buenas o malas.