El libro de apocalipsis siempre ha
sido objeto de grandes controversias cada persona lo quiere interpretar a su manera y
lógicamente este capítulo siete no es la excepción en los grandes debates.
Muchos se atribuyen que ellos son
los 144.000 escogidos y que por lo tanto son los únicos que se van a salvar.
En
este caso como siempre no entraremos a polemizar sobre la interpretación
aumentando la ya larga lista de interpretaciones personales.
Como ya sabemos lo que Dios nos ha
prometido siempre es un reino maravilloso el reino de los cielos. 1 Corintios
6: 10 “ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los
maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.”
Cuando hablamos de reino estamos
hablando de gobierno y lógicamente para que haya un gobierno se necesita que
también hayan gobernados. Sería ilógico un gobierno sino hay a quien gobernar.
El significado más correcto de
gobernar es administrar, cuidar o servir. Jesús nos da algunos indicios de cómo
es gobernar. Mateo 20: 26-27 “Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse
grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero
entre vosotros será vuestro siervo”
Podemos hablar de gobernar un
reino, una nación, una empresa o nuestro hogar. Que se necesita para que haya
un buen Gobierno.
1. Paz. V 1 “Después de esto vi a cuatro
ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro
vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni
sobre el mar, ni sobre ningún árbol.” las condiciones en las que se
gobernaría serian de tranquilidad indudablemente los grandes vientos huracanados
no simbolizan paz. Por eso en esta visión no hay vientos.
2. Gente dispuesta a servir. V 3-4
“diciendo: No hagáis
daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus
frentes a los siervos de nuestro Dios Y oí el número de los sellados:
ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de
Israel.” los 144.000 son personas dignas de estar gobernando con Cristo.
La gente dispuesta a servir debe
ser fiel y leal con lo que hace. 14: 4 “Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son
vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos
fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el
Cordero;”
3. Ser Incluyente o Participativo.
V 4, 5 “Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil
sellados de todas las tribus de los hijos de Israel. De la tribu de Judá, doce
mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce
mil sellados.” Nadie puede gobernar solo, las mejores cosas se las consigue
trabajando en equipo.
4. Brindar oportunidades a todos
por igual. V 9-10 “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban
delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y
con palmas en las manos, y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación
pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.”
5. Propiciar medios de ayuda. Los
que gobiernan deben ser facilitadores de procesos y no simplemente mandones. V
13-14 “Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están
vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije:
Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran
tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del
Cordero.”
6. Propiciar medios de protección.
V 16-17 “Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni
calor alguno, porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y
los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos
de ellos.”
7. Dar la vida por los dirigidos o
gobernados. Juan 10: 11 “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.” Dar la
vida no necesariamente tiene que ver con morir físicamente, pero si tiene que
ver con cuanto o que estamos dispuestos a dejar por los demás, cuanto estamos
dispuestos incomodarnos para acomodar a otros.
Jesús nos habla de su perfecto
reinado pero también a través de su ejemplo nos quiere enseñar como nosotros
podemos gobernar de manera excelente, primero nuestra vida y después a los que están
bajo nuestro cuidado.