Dios a todos nos hizo iguales,
todos somos hechos a su imagen y semejanza esto quiere decir que todos tenemos
las mismas oportunidad de conseguir vidas de éxito.
La pregunta es si todos somos
iguales y con las mismas oportunidades, ¿Por qué la mayoría de la gente vive en
ruina?
La verdad es que tan solo unas
cuantas personas consiguen tener vidas de éxito, pero esto ya no es culpa de Jesucristo.
Según
la palabra de Dios en este mundo hay cuatro tipos de personas y tan solo uno de
esos tipos logra el éxito tan anhelado.
Dios quiere que tengamos vidas de
excelencia tanto en lo espiritual como en lo secular. De nada sirve que los
cristianos anhelemos un día vivir en el cielo si aquí en la tierra vivimos de
manera desastrosa.
Veamos los cuatro tipos de Personas
y cada uno de nosotros miramos con cual nos identificamos.
1. Los que no Asumen Compromisos.
Están por las orillitas o en el camino. V 4, 15 “y al sembrar, aconteció que
una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la
comieron. Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la
palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra
que se sembró en sus corazones.” como dice el adagio popular les gusta andar por las
ramitas.
2. Los Emocionalitas. V 5, 16-17 “Otra parte cayó en
pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía
profundidad de tierra; Estos son asimismo los que fueron sembrados en
pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo;
pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene
la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan” este tipo
de personas cada vez que quiere hacer algo parece que ahora sí, pero son aves
de corto vuelo, pronto se desaniman, viven de las circunstancias. Cuando las
cosas les salen bien, se puede contar con ellos, cuando tienen algún problema
no sirven para nada.
3. Los Muy Ocupados. V 7, 18-19 “Otra parte cayó
entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Estos son
los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los
afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras
cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.” están tan
ocupados haciendo fortuna que no tienen tiempo para:
3.1. Dios.
Solo buscan a Dios cuando necesitan algo y después se desaniman.
3.2. Su
Familia. Les proveen de todo menos de su amor y presencia.
3.3. Ellos
Mismos. No les importa su salud, su presentación. Etc.
4. Los Que Dan Fruto. V 8, 20 “Pero otra parte cayó
en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a
sesenta, y a ciento por uno. Y éstos son los que fueron sembrados en buena
tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta,
y a ciento por uno” Jesucristo es muy estricto en cuanto a la fructividad.
Mateo 3: 10 “Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los
árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el
fuego.” a Jesucristo le molesta la esterilidad. Mateo 21: 18-19 “Por la mañana,
volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino
a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás
nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.”
Dios nos hizo para mucho más que
tan solo existir y nada más. Dios nos hizo para marcar diferencia, para dejar
una huella importante que otros puedan seguir. Como padres, como hijos, como
pareja, como miembros de una iglesia o simplemente como miembros de una
sociedad estamos hechos para dar frutos.