Hablar de las maravillas de Jesucristo es fácil. Hablar de lo que demanda Cristo es lo complicado. Hablar de de las bondades de las matemáticas es fácil y hasta agradable escuchar. Saber que por las matemáticas podemos dar rendimiento a nuestras finanzas es bueno, lo malo es cuando nos piden que realicemos algunos ejercicios.
Mientras Pedro y Juan anunciaban la
palabra de Jesucristo algunos eran sanos por esta razón los sacerdotes y el
jefe de la guardia enojados por lo que ellos hacían los echaron en la cárcel. V
1- 3 “Hablando
ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia
del templo, y los saduceos, 4:2 resentidos de que enseñasen al
pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos.
4:3 Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente,
porque era ya tarde.”
Y les hicieron la pregunta del
millón. ¿En nombre de quien están haciendo eso? V 7 “y poniéndoles en medio, les
preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?”
Pedro no tuvo ningún reparo en decir
que lo hacían en el nombre de Jesús. V 10 “sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel,
que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a
quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra
presencia sano.” y es que Jesús mismo antes de morir les dijo a sus
discípulos que pidieran en su nombre. Juan 14: 13-14 “Y
todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo. 14:14 Si
algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.”
Han pasado más de dos mil años y
esta promesa sigue haciendo eco en el mundo entero. En el cristianismo ya es
una norma el terminar toda oración diciendo en el nombre de Jesús. En la tierra
todo padre por mucho que ame a sus hijos no les da todo lo que le pidan, es mas
hacerlo podría ser un peligro para sus mismos hijos.
Qué quiso decir entonces Jesús con
esta promesa que nos fascina a todos los cristianos. Jesús mismo mas adelante
les explica lo que quiso decir. Para que Jesucristo nos conceda nuestros deseos
se necesita mucho más que tan solo agregar su nombre al final de la oración.
Juan 15: 7 “Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en
vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.”
Queda claro entonces que el nombre
de Jesús es mucho más que una palabra mágica que la repetimos cada vez que
queremos algo.
Hacer las cosas en el nombre de Jesús
significa tener su respaldo y estar siempre a su lado. Nuestros frutos deben
decir que tan cerca estamos de Jesús.
El estar cerca de Jesús ocasiona:
1. Llenura del espíritu Santo. V 8
“Entonces Pedro,
lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de
Israel:” una persona llena
del espíritu santo refleja su fruto es decir puede vivir en paz, tiene amor,
paciencia. Una persona llena del espíritu santo puede convivir con los demás. Gálatas
5: 22- 23 “Mas el
fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
2. Denuedo, sabiduría e
inteligencia. V 13 “Entonces
viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y
del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.”
Al enemigo no le gusta que hagamos
las cosas en el nombre de Jesús, pero no tiene poder para impedirlo es por eso
que lo único que se le ocurre es amenazar. V 17 “Sin embargo, para que no se divulgue más entre el
pueblo, amenacémosles para que no hablen de aquí en adelante a hombre alguno en
este nombre.”
3. Valentia y coraje para nunca
retroceder. V 19-20 “Mas
Pedro y Juan respondieron diciéndoles:
Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios;
4:20 porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.” Un verdadero
cristiano no se deja influenciar por las circunstancias.
4. Capacidad de Lucha. Un cristiano
verdadero nunca huye. V 23-24,29-30 “Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo
lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho.
4:24 Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron:
Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo
lo que en ellos hay; Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo
denuedo hablen tu palabra, 4:30
mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios
mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.” Ya que les habían prohibido
hablar, la oración de los discípulos era que Dios les diera más denuedo para
seguir hablando.
Solo una oración de este talante y
con ese espíritu de valentía hace temblar la tierra. V 31 “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados
tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la
palabra de Dios.” ¿Qué produce tu oración? ¿Hace temblar la tierra? O
solo produce lastima. Recuerda que en lo secular como en lo espiritual la
actitud es lo que determina lo que haces.
Hablar en el nombre de Jesús es ser
su enviado, tener sus agallas y sobre todo permanecer siempre a su lado. Espero
que tú y yo siempre hablemos en el nombre de Jesús.
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