En la vida todos nos proponemos
metas unas más ambiciosas que otras. Unas a largo plazo otras a mediano o corto
plazo. El problema es que muchas de esas metas nunca las alcanzamos. Jesucristo
tenía una meta hacer que todo el mundo fuera salvo. 1 Timoteo 2: 4 “el cual quiere que todos los hombres
sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”
Jesucristo
no iba a cumplir su sueño de ver a la humanidad salva el solo, para esto escogió
un grupo de personas más específicamente a doce a quienes llamo sus discípulos
ahora ellos tenían la meta de salvar al mundo.
La orden de Jesucristo fue clara y concisa.
Mateo 28: 19-20 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu
Santo;
28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” los discípulos a quienes Jesús les encomendó parece que se acomodaron y no eran de mucha ayuda. Como iba Jesucristo a conseguir su meta.
28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén” los discípulos a quienes Jesús les encomendó parece que se acomodaron y no eran de mucha ayuda. Como iba Jesucristo a conseguir su meta.
1. Desacomodándolos. Los discípulos
estaban acomodados posiblemente hasta se habían olvidado de la misión que
tenían. V 1 “Y
Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la
iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de
Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.”
2. Ligándolos a actuar. Muchas
veces es necesario obligarnos a conseguir una meta. V 3 “Y Saulo asolaba la iglesia, y
entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la
cárcel.” Cierto día, un rey recibió dos pequeños halcones
como regalo y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenase para la
caza. Pasados unos meses, el maestro informó al rey de que uno de los halcones no se movía de la
rama del árbol en que lo habían dejado, a pesar de que el otro ya volaba perfectamente.
El rey mandó llamar a
sanadores, cazadores, cetreros y curanderos para que observasen al halcón, pero
ninguno de ellos pudo hacer volar al ave, que, tras muchos intentos por parte
de sabios y expertos, continuaba inmóvil en la rama.
Casi desesperado, el
rey prometió una recompensa a la persona que hiciera volar al ave. A la mañana
siguiente vio con sorpresa a los dos halcones volando por los jardines
velozmente. El rey ordenó que llevasen ante él de inmediato al responsable de tal prodigio y,
asombrado, comprobó que no era sino un campesino. El rey le preguntó:
- ¿Cómo lograste hacer que mi halcón volase?
- ¿Cómo lograste hacer que mi halcón volase?
El campesino, algo
intimidado, respondió: - Fue fácil, mi señor. Corté la rama del árbol,
el halcón se dio cuenta de que tenía alas y voló. Dios muchas veces nos
corta la rama en la cual estamos acomodados para que veamos que tenemos alas.
Que podemos hacer nosotros para conseguir nuestras metas.
1. Aprovechando las circunstancias,
en el mundo se dice que no hay mal que por bien no venga. V 4 “Pero los que fueron esparcidos iban
por todas partes anunciando el evangelio.” sácale provecho a las circunstancias
que estés viviendo.
2. Haciendo lo que nos toca a pesar
de las circunstancias. V 5-6 “Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a
Cristo. 8:6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que
decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía.”
3. Creyendo que nosotros podemos
cambiar el entorno en el cual nos encontramos. V 8 “así que había gran gozo en aquella
ciudad.” ¿Qué
transmites en los momentos de dificultad? Gozo, tristeza, tranquilidad,
zozobra.
4. Teniendo claro lo que queremos.
Solo de esta forma podemos ayudar a quienes están confundidos. Había un hombre
que hace mucho tiempo había creído pero todavía no había sido convertido. V
12-22 “Pero
cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el
nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. 8:13 También creyó
Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las
señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. 8:14 Cuando los
apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra
de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 8:15 los cuales, habiendo
venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 8:16
porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente
habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 8:17 Entonces les imponían
las manos, y recibían el Espíritu Santo. 8:18 Cuando vio Simón que por la
imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció
dinero, 8:19 diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera
a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo. 8:20 Entonces
Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios
se obtiene con dinero. 8:21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto,
porque tu corazón no es recto delante de Dios. 8:22 Arrepiéntete, pues, de esta
tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu
corazón;”
Recibir a Cristo lo podemos hacer
en un segundo pero convertirnos puede tomar toda la vida. Simón se congregaba
solo por congregarse.
5. Siendo sensibles a la voz de
Dios. V 26-29 “Un
ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el
camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto. 8:27
Entonces él se levantó y fue. Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de
Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había
venido a Jerusalén para adorar, 8:28 volvía sentado en su carro, y
leyendo al profeta Isaías. 8:29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y
júntate a ese carro.” por muy descabellado que parezca lo que Dios nos manda Dios
sabe porque lo hace.
6. Esforzándonos siempre por
avanzar. Filipenses 3: 12-14 “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por
ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo
Jesús.
3:13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 3:14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
3:13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 3:14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.”
7. Teniendo una meta clara. Jesús sabía
muy bien lo que quería. Juan 4: 34 “Jesús les dijo: Mi comida es
que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.”
Cuando tenemos un propósito claro
todas las cosas que nos pasan sirven para conseguir lo que queremos. Filipenses
1: 12 “Quiero
que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien
para el progreso del evangelio,”
Recuerda que el camino al éxito y a
la excelencia no es fácil pero tampoco es imposible. Esfuérzate se valiente,
maneja lasa circunstancias, déjate guiar por Dios y lo conseguirás.
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