En lo espiritual hablamos de un
Cristianismo con propósito pero en lo secular también podríamos hablar de una
vida con propósito.
Vivir con propósito es tener una
razón para hacer las cosas, es saber exactamente qué es lo que se quiere, que
es lo que se busca.
Hay muchas personas que tan solo
existen o tan solo ocupan un lugar en algún sitio pero en realidad no saben que
están haciendo ahí.
En
lo espiritual hay personas que llevan muchos años ocupando una silla en algún
lugar llamado iglesia pero en realidad no tienen muy en claro que es lo que
hacen.
Pablo era una persona que sabía muy
bien quien era y que era lo que hacía a pesar de que estaba pasando por
momentos difíciles ya que muchos buscaban una oportunidad para matarlo. 25: 3 “pidiendo
contra él, como gracia, que le hiciese traer a Jerusalén; preparando ellos una
celada para matarle en el camino.”
Pablo era feliz de que Dios le
concediera la oportunidad de poderse defender delante de sus acusadores. 26: 2
“Me
tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que haya de defenderme hoy delante de ti
de todas las cosas de que soy acusado por los judíos.” La única forma
de podernos defender es si sabemos
quienes somos.
Como darle propósito a nuestra vida.
1. Reconociendo como era antes
nuestra vida. 4-5 “Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el
principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos;
26:5 los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren
testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví
fariseo.” Solo sabiendo
que teníamos antes y que tenemos ahora podemos hacer un verdadero balance y
valorar lo que ahora somos.
2. Aceptando los errores que cometimos
cuando estábamos equivocados. V 9-11 “Yo ciertamente
había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret;
26:10 lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los
santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los
mataron, yo di mi voto. 26:11 Y muchas veces, castigándolos en
todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra
ellos, los perseguí hasta en las ciudades
extranjeras.” De esta forma podemos corregir.
3. Teniendo un encuentro con Jesús.
V 12-15 “Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en
comisión de los principales sacerdotes, 26:13 cuando a mediodía,
oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor
del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo. 26:14 Y
habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en
lengua hebrea: Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
26:15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo
soy Jesús, a quien tú persigues.” Solo Jesucristo puede transformar
nuestra vida.
4. Creyendo que somos sus
escogidos. V 16 “Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para
esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que
has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti,” las circunstancias difíciles de
la vida nos acercan a Jesús.
5. Aceptando que todos tenemos una misión
que cumplir en esta vida. V 17-18 “librándote de tu pueblo,
y de los gentiles, a quienes ahora te envío, 26:18 para que abras sus
ojos, para que se conviertan de las
tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por
la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” Dios no
hace cosas por casualidad. Tu tiene algo que hacer en esta tierra, como padre,
como hijo. Etc.
6. Obedeciendo al mandato. V 19 -
20 “Por lo
cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial,
26:20 sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.”
26:20 sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.”
7. Creyendo que Dios es quien nos
auxilia. V 22 “Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero
hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada
fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder:” nunca
estamos solos en los momentos más difíciles ahí esta nuestro Dios.
La seguridad de lo que hacemos y
creemos es lo que hace que otros también tengan vida con propósito y no sean
uno más en esta tierra. V 27-28 “¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que
crees. 26:28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a
ser cristiano.” Si tú
crees que eres un hijo(a) de Dios no solo lo creas también vive y siéntete como
tal.
La única forma que tenemos para
llegar a tener vidas de éxito es si sabemos quiénes somos y que es lo que
queremos. No seas tan solo alguien más en este mundo. Dios quiere que marquemos
diferencia.