3.7.14

Cristianismo con Propósito. Hechos 25-26.

En lo espiritual hablamos de un Cristianismo con propósito pero en lo secular también podríamos hablar de una vida con propósito.
Vivir con propósito es tener una razón para hacer las cosas, es saber exactamente qué es lo que se quiere, que es lo que se busca.
Hay muchas personas que tan solo existen o tan solo ocupan un lugar en algún sitio pero en realidad no saben que están haciendo ahí.
En lo espiritual hay personas que llevan muchos años ocupando una silla en algún lugar llamado iglesia pero en realidad no tienen muy en claro que es lo que hacen.
Pablo era una persona que sabía muy bien quien era y que era lo que hacía a pesar de que estaba pasando por momentos difíciles ya que muchos buscaban una oportunidad para matarlo. 25: 3 “pidiendo contra él, como gracia, que le hiciese traer a Jerusalén; preparando ellos una celada para matarle en el camino.
Pablo era feliz de que Dios le concediera la oportunidad de poderse defender delante de sus acusadores. 26: 2 “Me tengo por dichoso, oh rey Agripa, de que haya de defenderme hoy delante de ti de todas las cosas de que soy acusado por los judíos.” La única forma de podernos  defender es si sabemos quienes somos.
Como darle propósito a nuestra vida.
1. Reconociendo como era antes nuestra vida. 4-5 “Mi vida, pues, desde mi juventud, la cual desde el principio pasé en mi nación, en Jerusalén, la conocen todos los judíos;  26:5 los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo.” Solo sabiendo que teníamos antes y que tenemos ahora podemos hacer un verdadero balance y valorar lo que ahora somos.
2. Aceptando los errores que cometimos cuando estábamos equivocados. V 9-11 “Yo  ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret;  26:10 lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto.  26:11 Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las  ciudades extranjeras.” De esta forma podemos corregir.
3. Teniendo un encuentro con Jesús. V 12-15 “Ocupado en esto, iba yo a Damasco con poderes y en comisión de los principales sacerdotes,  26:13 cuando a mediodía, oh rey, yendo por el camino, vi una luz del cielo que sobrepasaba el resplandor del sol, la cual me rodeó a mí y a los que iban conmigo.  26:14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebrea: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra el aguijón.  26:15 Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues.” Solo Jesucristo puede transformar nuestra vida.
4. Creyendo que somos sus escogidos. V 16 “Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti,” las circunstancias difíciles de la vida nos acercan a Jesús.
5. Aceptando que todos tenemos una misión que cumplir en esta vida. V 17-18 “librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío,  26:18 para que abras sus ojos, para que se  conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” Dios no hace cosas por casualidad. Tu tiene algo que hacer en esta tierra, como padre, como hijo. Etc.
6. Obedeciendo al mandato. V 19 - 20 “Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, 
26:20 sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
7. Creyendo que Dios es quien nos auxilia. V 22 “Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder:” nunca estamos solos en los momentos más difíciles ahí esta nuestro Dios.
La seguridad de lo que hacemos y creemos es lo que hace que otros también tengan vida con propósito y no sean uno más en esta tierra. V 27-28 ¿Crees, oh rey Agripa, a los profetas? Yo sé que crees.  26:28 Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano.” Si tú crees que eres un hijo(a) de Dios no solo lo creas también vive y siéntete como tal.

La única forma que tenemos para llegar a tener vidas de éxito es si sabemos quiénes somos y que es lo que queremos. No seas tan solo alguien más en este mundo. Dios quiere que marquemos diferencia.