Para
muchos hablar de que el sufrimiento trae beneficios es una locura. Pero
la verdad es que solamente a través del sufrimiento es como valoramos
lo que tenemos.
Cuando obtenemos las cosas sin ningún costo o esfuerzo no las valoramos y por lo tanto no nos esforzamos por cuidarlas.
Hay un dicho que dice lo que no cuesta hagámoslo fiesta.
Jesucristo aunque era hijo aprendió la obediencia por el sufrimiento. Hebreos 12: 6-7 “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;”
Para poder soportar el
sufrimiento es necesario saber exactamente que quiero lograr en la
vida. Un boxeador sufre golpes en el cuadrilátero, y es capaz de
soportarlos porque él sabe para qué es que se subió a ese ring.
En este mundo las
cosas no son fáciles pero tampoco son imposibles lo único que debemos
tener para conseguir nuestros sueños es paciencia y fe. V 4 “tanto,
que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios,
por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y
tribulaciones que soportáis.”
Solo si sabemos
esperar el momento oportuno y confiamos en Jesucristo podemos lograr lo
que nos proponemos. Las cosas no son de la noche a la mañana aprende a
esperar.
Para tener casa, carro, ser un buen profesional hay que sufrir, si no fuera así todos fueran ricos, y profesionales.
Para lograr el reino
de Dios es necesario padecer persecuciones de los incrédulos y hasta de
muchos que se creen cristianos. V 5 “Esto
es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por
dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.”
Con Jesucristo podemos
avanzar. El secreto para tener una vida de éxito es nunca quedarse
estancado y mucho menos retroceder. La vida cristiana se caracteriza por
tener un constante crecimiento tanto en la fe como en el amor. Cada vez
sentimos nuestro corazón más sensible al amor. Ya no nos cuesta decir
te amo o expresar cualquier manifestación de amor, abrazar, dar una
frase de estímulo. Etc. V 3 “Debemos
siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por
cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de
vosotros abunda para con los demás;”
Cuando el sufrimiento
tiene un propósito no duele o al menos no nos duele tanto como para
destruirnos. El sufrimiento con una causa siempre al final tiene la
recompensa tanto en lo espiritual como en lo secular. V 7 “y
a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se
manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,”
Toda acción tiene una
reacción, y todo acto tiene una consecuencia sea buena o mala, los que
producen sufrimiento a los hijos de Dios también tendrán y vivirán su
consecuencia. V 6 “Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan,”
Los que rechazan la misericordia de Jesucristo al final vivirán el sufrimiento que en esta tierra decían no tener. V 8-9 “en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 1:9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,”
Las cosas buenas e
importantes no se las consigue regaladas, las cosas buenas e importantes
cuestan, y esto causa sufrimiento. Pero vale la pena soportarlo al
final los resultados serán maravillosos. el día que las cosas importantes sean fáciles de conseguir dejan de ser importantes para convertirse en algo común.